Halón
Los extintores de halón rompen la cadena de los productos químicos involucrados en un incendio para detener la combustión. Los compuestos de halón que se utilizan para extinguir los incendios se nombran con números según un sistema diseñado por el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de los EE.UU. y son: halón 1011, 1202, 1211, 1301 y 2402. Los usuarios de los extintores de halón deben saber qué tipo de compuesto hay en el extintor ya que cada uno tiene su propio conjunto de riesgos para la salud y los extintores pueden tener diferentes concentraciones de halón. Entre los riesgos para la salud de los extintores de halón se incluyen asfixia, quemaduras en la piel por congelación e irritación de la piel y los ojos. La inhalación de compuestos de halón en altas concentraciones puede afectar el sistema nervioso central y presentar síntomas como mareos, pérdida del conocimiento y hormigueo en los brazos y las piernas. La exposición a los compuestos de halón también puede causar sensibilización cardiaca incluyendo latidos irregulares o, como caso más grave, ataque cardíaco.
Polvo
Los extintores de polvo seco tienen efectos en la salud cuando el usuario lo inhala. Las consecuencias de aspirar el polvo son: irritación nasal y de la garganta, como tos o malestar en el pecho. Las personas que tiene problemas de salud como asma pueden experimentar dificultad para respirar después de la exposición a los compuestos secos de los extintores.
Dióxido de carbono
Según la Agencia de Protección Ambiental de los EE.UU., los extintores de dióxido de carbono ingresaron al mercado como una alternativa a los sistemas de extinción de incendios de halón. Los efectos sobre la salud relacionados con el uso de sistemas de extinción de incendios de dióxido de carbono dependerán de la concentración. El dióxido de carbono a una concentración del 34 por ciento es mortal pero cuando la concentración de dióxido de carbono es menor, los efectos en la salud en realidad pueden ser beneficiosos. Según la Agencia de Protección Ambiental de los EE.UU., los niveles de dióxido de carbono en una concentración del 17 por ciento provocan efectos en la salud tales como pérdida del conocimiento, coma e incluso la muerte. En concentraciones de entre 10 y 15 por ciento los efectos incluyen pérdida del conocimiento, somnolencia, mareos y espasmos musculares a los pocos minutos de la exposición. Las concentraciones entre 7 y 10 por ciento causan perdida del conocimiento, mareos, dolor de cabeza, dificultad para respirar, sudoración y depresión. Entre el 4 y el 7 por ciento de concentración, causa dolores de cabeza, dificultad para respirar, depresión, trastornos visuales, alteraciones auditivas e hipertensión.
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